Qué mejor acción para celebrar el "día sin coches", sí, ese del que Gallardón hace como que no se entera, que vender mi coche. No, no es una decisión tomada después de unas cañas, ni al hilo de la celebración de tal día. Llevo dándole vueltas desde hace tres años, en los cuales he pasado de utilizarlo a diario, a hacerlo solo muy esporádicamente. ¿El motivo?, muy simple; es justo el tiempo que llevo pedaleando para ir a mi trabajo todos los días, con un disfrute del trayecto en mi bici que ya les gustaría a los del "¿te gusta conducir... ?". A mí, no, a mí me gusta pedalear; y también al medio ambiente y a nuestros castigados oídos.
Hoy soy un poco más libre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de septiembre de 2010