El espectador de Cielo, nuevo largometraje de la directora Deepa Mehta tras la candidatura al Oscar recibida por la precedente Agua (2005), quizá se pregunte por qué la película pasa, en ocasiones puntuales, del color al blanco y negro sin aparente razón formal o narrativa. Este crítico lamenta no tener una respuesta, del mismo modo que tampoco acierta a adivinar por qué esta película, rodada en 16 milímetros e hinchada a 35 milímetros, se proyecta aquí -o, al menos, se proyectó en el pase de prensa- en un formato DVD de resolución francamente mejorable. Quizá lo que antes respondía al nombre de cine de arte y ensayo sea el nuevo porno y haya que ir acostumbrándose a estas nuevas condiciones de exhibición. Sería deseable, en todo caso, que la información estuviese a la vista.
CIELO
Dirección: Deepa Mehta.
Intérpretes: Preity Zinta, Vansh Bhardwaj, Geetika Sharma, Orville Maciel, Ramanjit Kaur.
Género: drama. Canadá, 2008.
Duración: 106 minutos.
En Cielo, Mehta se libera de las rémoras estetizantes de su obra anterior para sumergirse en un juego de cajas chinas que, en realidad, es una sucesión de jaulas de aislamiento: la comunidad india de Brampton (Canadá), la familia -un asfixiante matriarcado- en la que ingresa la protagonista como nuera sometida, el infierno matrimonial regido por una violencia de género que es exteriorización de una impotencia existencial y, finalmente, la fantasía tejida con los hilos de la mitología y el folclore que, al final del camino, proporcionará una vía de escape a la desesperación. Lo que propone Deepa Mehta en Cielo no se resuelve con maestría, pero supone un reto considerable: romper un relato de alta carga social a través de la infiltración de lo fantástico, logrando, de paso, que el mensaje no condicione la precisa, compleja descripción de un microcosmos cargado de zonas de sombra y ambigüedad. La cineasta deja a un lado el poder de seducción de sus imágenes para impugnar las inercias de una filmografía que no había entrado en los márgenes de riesgo de esta notable, aunque imperfecta, Cielo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de octubre de 2010