Ya ha empezado la temporada y al teatro Compac Gran Vía vuelve a su habitual periodo de ballet clásico donde se presentan mayoritariamente compañías rusas y del este de Europa. Abre esta vez un conjunto de muy buena reputación y tradiciones: el Ballet Clásico de Moscú, que dirigen Natalia Kasátkina y Vladímir Vassiliov. Giselle es la primera obra que pondrán en escena desde el martes 5 y hasta el próximo domingo 10. Después, entre el 11 y el 24, El lago de los cisnes, aunque su permanencia en el Gran Vía se extiende hasta bien entrado noviembre.
Giselle es una producción que el Ballet Clásico de Moscú siempre ha mantenido en cartel en una versión académica, muy reglada a la tradición rusa y en la que en sus tiempos debutó el hoy director del Ballet de la Ópera de Berlín, Vladímir Malakov, que se formó bajo la égida de Kasátkina y Vassiliov antes de dar el salto a Occidente. Giselle es el eje estético del gran repertorio romántico, y su estructura en dos actos, el primero en un ambiente realista, y el segundo en el ámbito de las apariciones espectrales, resulta la canónica del género.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de octubre de 2010