Se cumplió un sueño, aunque solo durara unas pocas horas: las calles más céntricas de Madrid se cerraron ayer al tráfico para dejar paso a las bicis. Los participantes en la 32ª edición de la Fiesta de la Bicicleta pidieron a pedaladas que trasladarse por la ciudad en dos ruedas se tome en serio como alternativa limpia, saludable y solidaria. Unos 200.000 ciclistas, según los organizadores, recorrieron 15 kilómetros durante una mañana mágica sin polución y sin ruido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de octubre de 2010