Exposición en torno a un mito literario
Miguel Hernández, dibujado por Benjamín Palencia / FAMILIA MIGUEL HERNÁNDEZ
Últimos escritos del poeta incesante
Miguel Hernández, el poeta del pueblo. El poeta necesario, que decía su compañero de cárcel, Buero Vallejo. El poeta pastor. Era todo eso. Pero era, sobre todo, el poeta incesante; su vida, que la guerra truncó dramáticamente, estuvo signada por el amor, la amistad y los papeles. Ni un día sin línea.