"No soy tan cruel. Tengo sentimientos y corazón". Con esta frialdad encaró ayer su declaración ante el tribunal de la Audiencia de Alicante un joven acusado de matar a puñetazos y patadas a un funcionario de Hacienda, de 43 años. El crimen ocurrió en la mañana del 26 de noviembre de 2008 en las inmediaciones de la playa de El Postiguet. El acusado se enfrenta a una pena de 20 años y 8 meses por los supuestos delitos de asesinato y robo. La acusación particular eleva la petición de cárcel hasta los 26 años.
El procesado, Ricardo García García, admitió que tuvo una pelea con el fallecido, pero achacó a la víctima el inicio de disputa. "Me empujó y me tiró el porro que iba fumando. Sólo le di tres puñetazos, entre ellos, un crochet [golpe de boxeo]", añadió. García señaló que recaló en Alicante hace varios años y que vivía en una vivienda con su amigo José Manuel Guirao Galiana, también procesado por el delito de encubrimiento. El joven dijo que la noche de los hechos había estado bebiendo y consumiendo droga: "Bebí dos botellas de whisky, 15 cubatas, me fumé 10 porros y tomé dos gramos de cocaína", aseveró. También descartó que el móvil del crimen fuera el robo. La policía halló la documentación y tarjetas de crédito de la víctima en domicilio del amigo del agresor.
La declaración del agresor fue desmontada por un testigo directo de los hechos: "Lo siguió [el agresor] le pegó un golpe por la espalda y al girarse le dio un puñetazo en el mentón, y luego siguió golpeándole".
La víctima, según el informe de los forenses, presentaba golpes en la cara, cráneo, cuello, hombro, zona lumbar y colapso pulmonar y un gran edema cerebral. Murió al día siguiente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de octubre de 2010