Llegó a la alcaldía en 2007, cuando la mina pontesa echaba el cierre tras agotar el yacimiento de lignito. Valentín González Formoso (As Pontes, 1971) dirige un municipio de 11.000 habitantes que vive y respira a la sombra de la térmica de Endesa. Es el portavoz de Industria en la Comisión Executiva del PSdeG y no oculta su malestar por "la falta de sensibilidad" del Gobierno central.
Pregunta. ¿Qué es Endesa para As Pontes?
Respuesta. Como un riñón a una persona. Se puede vivir sin él, pero con mayor debilidad.
P. El decreto desplaza a las térmicas gallegas en la producción eléctrica. ¿Preocupado?
R. Muy intranquilo. Lo estaré hasta que nos concreten por escrito qué mecanismos se pondrán en marcha para que el decreto tenga un menor impacto. Estamos preocupados, pero no hablamos de cierre.
P. ¿Cómo deben ser esos mecanismos de compensación?
R. Hay que fijar un mínimo técnico para que mantengan su operatividad, y pasar este bache de cuatro años de forma que el decreto haga el menor daño posible. Si no pueden estar al 100%, que no estén paradas y que mantegan su red de proveedores
[transportistas, auxiliares y estibadores].
P. Se plantean retribuciones económicas a Endesa y Fenosa. ¿Cómo garantizarán que las eléctricas mantendrán los empleos?
R. Estas empresas obtuvieron unos ingresos impresionantes durante décadas con cargo a nuestras minas. Ese beneficio debe revertir en el territorio. La Xunta también tiene algo que decir porque Endesa es el primer aspirante al concurso eólico.
P. La Xunta habla de cierre. ¿Actúa con alarmismo?
R. Creo que la Xunta reaccionó tarde y espero que actúe con responsabilidad, sin alarmismos y que haga de esto una cuestión política. Es un problema de Galicia. El Gobierno nos ha dicho por escrito que no cerrarán.
P. El conselleiro de Industria anunció el recurso al decreto.
R. Además de judicializar los temas, hay que sentarse a negociar una solución responsable.
P. Como socialista, ¿le disgustó el decreto de Industria?
R. Nos están haciendo pasar un mal trago. La situación en las cuencas mineras era acuciante, pero no tengo la impresión de que el ministerio tuviera la misma sensibilidad con Galicia que con otras comarcas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de octubre de 2010