Conxemar abrió ayer sus puertas en Vigo sin apenas sitio para expositores (son 553), lo que la mantiene como la segunda feria mundial del pescado congelado, tras la Seafood de Bruselas. La organización ha conseguido en plena crisis que los pasillos del recinto ferial sean la fiel estampa de los brotes verdes. Aunque aún no hay cifra oficial de visitantes, ayer se respiraba un optimismo sin trampa. Es decir, al contrario que lo que sucede en algunas ferias, que cubren huecos con extraordinarios expositores institucionales pagados con mucho dinero público, la organización ha optado por bajar los precios del suelo a la mitad, "que se dice pronto", como afirmó su presidente, José Luis Freire. Ya lo empezó a hacer el año pasado, y el sacrificio funciona.
Entre los expositores se notó la mayor presencia de extranjeros y el empuje de la maquinaria industrial. Y muchas novedades, como una línea robotizada para identificar el sexo de los peces que presentó la empresa gallega Optimar Fodema. Integra el robot de manipulación más rápido del mundo, con una capacidad de aceleración y frenada "cinco veces superior a la de un Fórmula 1", dicen sus comerciales. Otras firmas, como Teaxul, enseñaron sus nuevas básculas con wifi que envían los datos a un servidor central, o cámaras robotizadas de la vasca Ulma. No faltaron las grandes del congelado (Pescanova, Iberconsa, Fandicosta, Pescapuerta, Fandiño, Marfrío, Isidro de la Cal), tan habituales como el ejemplar de morena amarilla que cada año trae el expositor de las Azores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de octubre de 2010