No se ha hecho esperar la postura del Vaticano tras conocer el premio Nobel de Medicina y, como se presumía, nuevamente se escuda en la "ética y la moralidad". ¿Qué moralidad tendrán las miles de personas que han tenido hijos gracias la fecundación in vitro?
Esta postura rancia y mohosa ya no nos sorprende. ¿Qué se puede esperar de una institución que se manifestó contra la ley del divorcio, que clama al cielo ante los anticonceptivos, que niega el derecho de la mujer al aborto, que quiere controlar la muerte de los seres humanos hasta sus últimas consecuencias, que niega el matrimonio de dos personas que se aman... o que a sabiendas de conocer la existencia de un violador en su séquito, callan y le trasladan a otro destino?
Escudarse en la "moral" es un arma de doble filo. Lo que es inmoral es no respetar la voluntad de las personas a tener hijos o no tenerlos, o el derecho a morir dignamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de octubre de 2010