Eran especialistas en robar a clientes de bancos que habían sacado grandes cantidades de dinero. Para ello, utilizaban un sistema poco habitual, como era tirar chinchetas a las ruedas de los vehículos de sus víctimas con la intención de que pararan. Así se apoderaron de hasta 80.000 euros en siete hurtos registrados en Toledo, Ciudad Real, Murcia, Salamanca y Cáceres. Ahora han sido detenidos por agentes de la Brigada Central contra el Crimen Organizado, dependiente de la Comisaría General de la Policía Judicial.
La forma de actuar del grupo siempre era la misma. Tenían fijada su residencia en la calle de los Curas, en Torrejón de Ardoz. Para desplazarse a los lugares donde cometían sus fechorías alquilaban vehículos con identidades falsas. Uno de los integrantes se metía dentro de la sucursal seleccionada y simulaba estar haciendo alguna gestión bancaria. Su verdadera función era otra: vigilaba al detalle a los clientes y se fijaba en los que hacían reintegros más fuertes. También recopilaba otros detalles, como la presencia física del usuario y si iba o no acompañado.
Cuando ya habían elegido a la víctima, el integrante de la banda que estaba dentro de la sucursal llamaba por teléfono móvil a sus compañeros y describía a la persona seleccionada. También les explicaba dónde había guardado el dinero para que pudieran robárselo más fácilmente. "Siempre elegían a víctimas que llevaban un mínimo de 3.000 o 4.000 euros. Se movían por las provincias limítrofes a Madrid", destacó un responsable policial encargado de las pesquisas.
Los otros componentes del grupo seguían a su objetivo hasta que hallaban un lugar adecuado para abordarle. Si el cliente se había marchado de la entidad bancaria en coche, la banda no dudaba en arrojar a los neumáticos chinchetas para pinchar las ruedas del vehículo. Asaltaban a su víctima cuando se bajaba a comprobar lo ocurrido. En cuanto se apoderaban del dinero, los cuatro integrantes del grupo lo mandaban a su país de origen, Colombia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de octubre de 2010