Es bueno que el Gobierno posponga hasta salir de la crisis la nueva financiación de las entidades locales, porque así se evitará el despilfarro que algunos ayuntamientos y comunidades autónomas de nuestra geografía están acostumbrados a realizar en campañas de autobombo ante la llegada de las próximas municipales y autonómicas de mayo de 2011.
Es malo que no haya más inversión y financiación para los ayuntamientos y comunidades autónomas, porque los servicios públicos y asistencias sociales se debilitarán por el eslabón más débil. Las medidas que se tienen que aplicar para generar empleo y actividad económica se retraen y se crea más paro.
Lo correcto es una inversión y financiación adecuada a la situación de crisis que vivimos hoy día, para salir de la recesión y que aparezcan los brotes verdes. A los ayuntamientos y comunidades autónomas más endeudados, austeridad rígida, para que no los lleven a la quiebra; y a los que cumplen sus deberes contables, permisividad rígida. Y no olvidemos que hay más de cuatro millones de razones para hacer lo correcto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de octubre de 2010