El Gobierno, la Diputación de Vizcaya, los sindicatos y los administradores concursales se reunieron ayer en Bilbao para buscar una salida a la papelera de Zalla Pastguren, que se halla en concurso de acreedores y sin producir desde hace un año. La situación es crítica y la fábrica está abocada al cierre por la falta de empresarios interesados.
La planta, que arrastra una deuda de 35 millones de euros, necesitaba en abril pasado 16 millones solo para volver a ponerse en marcha. Un empresario italiano mostró entonces su interés, pero no llegó a cuajar. Industria, que junto a la Diputación de Vizcaya lleva trabajando desde hace año y medio en la búsqueda de soluciones, se había mostrado dispuesta a conceder un aval de seis millones. Los 10 millones restantes deberían proceder de la empresa Celulosas de Euskadi, pero esta se negó a aportarlos.
La papelera, que cuenta con cerca de 150 trabajadores, fabrica pasta sin secar que no se comercializa directamente, un negocio de escasa viabilidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de octubre de 2010