Una anciana de 92 años y su hijo de 52 fueron hallados muertos ayer en torno a las dos y media de la tarde en dos habitaciones diferentes de la casa que compartían en la aldea de Moneixas, muy próxima al casco urbano de Lalín, con evidentes signos de violencia, golpes y diversas heridas de arma blanca. La mujer padecía alzhéimer y el hijo sufría un trastorno psiquiátrico, y sus cuerpos fueron descubiertos por un hermano de este que acostumbraba visitar a la madre los fines de semana y los días festivos.
La Policía Judicial de Pontevedra, que se ha hecho cargo de la investigación, todavía no descarta la hipótesis de que en las muertes interviniese una tercera persona, aunque cobra fuerza la sospecha de que fue el propio hijo enfermo quien asesinó a su madre, probablemente de un hachazo en la cabeza, y después se suicidó utilizando para ello diversos utensilios cortantes que aún no han sido determinados por los agentes.
Después de que otro hijo que no vivía en la casa familiar de Moneixas descubriese los dos cadáveres y diese aviso a la Guardia Civil de Lalín, a lo largo de la tarde se personaron en el lugar de los hechos los especialistas desplazados desde Pontevedra y, posteriormente, llegó a la pequeña localidad el forense del juzgado. Hasta bien entrada la tarde no se pudo proceder al levantamiento de los cuerpos que, según los primeros datos que trascendieron de la investigación, podían llevar varios días sin vida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de octubre de 2010