Cada día amanece, que no es poco... Pero ayer amaneció triste. El cine español acababa de perder a uno de los grandes de toda la vida, un secundario de primerísima categoría. Nos deja un legado de más de 300 excelentes actuaciones, de las que siempre transfloraba su personalísima humanidad, su enorme arte interpretativo, del que podremos seguir disfrutando. Manuel Alexandre, una gloria para el recuerdo, descanse en paz.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de octubre de 2010