El 12 de octubre tuve ocasión de presenciar el vergonzoso espectáculo que, un año más, aunque este con mayor énfasis, da la derecha española cuando no está en el Gobierno del Estado. Constituyen nuestro Tea Party autóctono: igual de reaccionarios, primarios, mentirosos e irrespetuosos. Para esta gente, Zapatero y los socialistas son los culpables de todos los males: han desencadenado la crisis económica, han destruido la familia, han aniquilado el Estado unitario, han aprobado el aborto... y no desperdician ocasión de demostrar su odio de forma cerril. Creo que su problema es que añoran el Desfile de la Victoria.
¿Y cuál es la posición del Partido Popular? Sonreír y aplaudir o, cuando menos, tratar de justificarlo; porque son militantes y votantes suyos. ¿Qué deberíamos hacer otros españoles que no pensamos del mismo modo cuando la derecha esté en el poder? ¿Lo mismo que ellos? ¿O dejarles para ellos solos su Fiesta Nacional?- Felipe Gómez Sánchez. Gálvez, Toledo.
Hace falta tener muy poca decencia para utilizar un acto de recuerdo a los caídos como ocasión para vociferar de la manera en que lo hicieron. Me pregunto quiénes son, y quién los convoca, y me asombro ante la reacción tibia y condescendiente de algunos políticos ante lo sucedido. Si bien tengo que decir que lamentablemente contamos con numerosos ejemplos del escaso respeto al Estado del que han hecho gala en estos últimos años ciertos dirigentes conservadores.
Supongo que existe una derecha civilizada en este país, aunque sea escasamente visible, y a la que muchos estamos deseando conocer. Una derecha que también lamenta y rechaza este tipo de incidentes, y que, antes de nada, respeta las instituciones y al resto de los españoles.- Begoña Llovet Barquero. San Lorenzo de El Escorial, Madrid.
Lo peor de todo no es que en el principal partido de la oposición existan tendencias intolerantes, sino que algunos de sus dirigentes más importantes, incluido su presidente Mariano Rajoy, tolera estos comportamientos tan antidemocráticos en un momento de respeto como es el homenaje a los militares fallecidos en acto de servicio. La callada por respuesta casi siempre es signo de conformidad, pues el que calla, otorga.- Sebastián Cuevas Delgado. El Álamo, Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de octubre de 2010