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Crónica:MUNDIAL DE MOTOCICLISMO | Gran Premio de Australia

La última concesión de Yamaha a Rossi

La marca japonesa dejará al italiano probar la Ducati en el primer test tras el GP de Valencia

Valentino Rossi terminó el Gran Premio de Australia contento, que no satisfecho. No había tenido un buen fin de semana. Últimamente, la puesta a punto de su M1 termina resultando un auténtico suplicio para él y su equipo. Y acabó octavo. Salir desde la tercera fila de la parrilla no da demasiadas posibilidades para pelear por la victoria. Y, aunque la remontada que protagonizó hasta subirse al podio (tercero) le dejó buen sabor de boca, la mejor noticia llegó desde el cajón más alto: la Ducati no es una mala apuesta, debe de estar pensando estas semanas el italiano. Casey Stoner ha ganado con la Desmosedici tres de las últimas cuatro carreras, como ayer. Y ello, aunque Jorge Lorenzo, segundo, buscaba más el título que las victorias en los últimos grandes premios, significa que su moto no es una mala máquina en absoluto. Rossi ya se ve subido en ella. Así que la noticia le hace feliz.

"Con todo el esfuerzo de estos años, lo contrario no habría sido justo", dice el piloto

Más, después de saber que Yamaha, fábrica con la que tiene contrato hasta el final de 2010, le permitirá probar la nueva Ducati en los primeros tests, los que se hacen inmediatamente después de la última carrera, tras el GP de Valencia, el 7 de noviembre. La marca de los diapasones escuchó a regañadientes las súplicas de Rossi. El mismo día que Ducati anunció que el nueve veces campeón del mundo sería piloto de la firma italiana durante los próximos dos años, el de Tavullia pidió que su todavía equipo le hiciera una última concesión: probar su futura moto, aunque, por contrato, Yamaha podría negarse a que lo hiciera. De hecho, es lo que hizo Honda cuando el italiano cambió de equipo. "Espero que no se olviden de todo lo que he hecho por ellos y me dejen probar en Valencia. Si no lo hiciesen, significaría que no he entendido nada de mi relación con Yamaha", declaró Rossi aquella tarde de domingo en Brno.

Masao Furosawa, el director ejecutivo de Yamaha, el principal valedor del italiano y su gran defensor desde la irrupción de Lorenzo en el equipo, fue quien le comunicó la noticia en la noche del sábado. "Estoy muy contento porque no habría sido justo con todo el esfuerzo que hemos hecho por Yamaha en todos estos años. Estoy contento y agradecido", dijo ayer Rossi. La casa ha dado su pie a torcer -"por imagen, supongo", opina Lorenzo- a pesar de no tener por qué hacerlo y consciente de que facilita las cosas a una de sus firmas rivales por el título.

"Si quieres mantener tu competitividad y el piloto será tu rival, es mejor no dejarle probar la moto antes de final de año. Porque la próxima vez que pueda probarla será en febrero. Si queremos tener ventaja, debemos decirle que no. Al mismo tiempo, a veces, una compañía debe permitir algo así", explicaba Lin Jarvis, jefe del departamento de Carreras de Yamaha, a este periódico en una entrevista reciente. El nuevo número uno de la casa, Lorenzo, prefirió mantenerse al margen de la polémica: "Para Rossi y Ducati, lógicamente, es mejor".

El próximo curso tendrá, además de los dos días de tests en noviembre en Valencia, otros ocho días de entrenamientos, dos sesiones en febrero de tres días cada una en Sepang y otra de dos días en marzo, la misma semana que arranque el Mundial, en el de Losail.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de octubre de 2010