La FAO así lo cree y lanzó un manifiesto para el Día Mundial de la Alimentación (el pasado 16 de octubre) donde vuelve a olvidarse de analizar las causas del hambre en el mundo. Nos habla de que hay que producir más alimentos en el futuro si queremos que haya para todos, pero ¿por qué no nos habla del presente, donde hay alimentos para casi el doble de la población mundial y sin embargo mil millones de personas pasan hambre?
La FAO no menciona las políticas que han favorecido a las multinacionales de la alimentación en detrimento de millones de campesinos en los países del Sur, ni la especulación con los alimentos, ni los monocultivos, ni el impacto de los agrocombustibles. No se puede luchar contra el hambre si se obvian las causas que lo producen. El hambre no es un problema de producción de alimentos, sino de políticas.
No será con galas benéficas televisivas con lo que conseguiremos erradicar el hambre en el mundo mientras no se aborden las políticas que la producen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de octubre de 2010