Fue despedido a finales de mayo después de casi una década trabajando en la carpintería de una gran empresa maderera ferrolana, Maderas del Noroeste, SA. Recurrió a los tribunales y el juez declaró su despido nulo. Se reincorporó a la empresa el 28 de septiembre con la sentencia judicial en la mano. 20 minutos después de cruzar la puerta del taller, la dirección de la compañía le entregó una segunda carta de despido donde le reprochaba hechos ocurridos hace dos años.
Marcos López Leira fue contratado en 2001. Con el tiempo, se hizo cargo del taller y ejercía como encargado ante compañeros y clientes, aunque su salario no lo reflejaba, según explica la sentencia. La maderera alegó "ausencia de carga de trabajo". López rechazó la indemnización y denunció a la empresa. Un juzgado de Ferrol condenó a la firma a readmitirlo. Su reincorporación duró "unos 20 minutos". En la segunda carta, la dirección reconocía la improcedencia del mismo, pero argumentaba que el operario "no cumplía" con su trabajo, y lo acusaban de "no limpiar la maquinaria y ocultar materiales" en 2008.
El trabajador cree que la empresa castiga su militancia sindical. La empresa lo niega. Un portavoz de la maderera manifestó que es "un despido como tantos" y señala que el primero fue nulo "por un defecto de forma, que corregimos la segunda vez".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de octubre de 2010