El mundo globalizado ofrece oportunidades enormes a las grandes empresas del lujo, imagen de marca de la industria italiana. Pero, a decir verdad, las que han explotado con más éxito este nuevo filón son las mafias autóctonas. Francesco Forgione, que presidió un tiempo la Comisión Parlamentaria Antimafia italiana, un organismo quizás no excesivamente útil pero sí muy bien documentado, se apoya en ingentes cantidades de datos para explicar cómo las tres principales organizaciones criminales de su país, la 'Ndrangheta, la Camorra y la Cosa Nostra, han echado raíces en todo el mundo. De Europa a Australia; de Norteamérica al continente africano; de Latinoamérica a Asia, las mafias italianas han colonizado el mundo instalando sus negocios con sorprendente habilidad gracias al poder corruptor del dinero que ganan a espuertas. No es casual que Forgione haya titulado su libro Mafia export.
Mafia export. Cómo la 'Ndrangheta, la Cosa Nostra y la Camorra han colonizado el mundo
Francesco Forgione
Traducción de Francisco Ramos Mena
Anagrama. Barcelona, 2010
384 páginas. 23,50 euros
Basado fundamentalmente en el tráfico de cocaína (aunque tampoco son desdeñables los ingresos procedentes de otros muchos tráficos ilícitos), el negocio ilegal de estas mafias genera unos beneficios ingentes. La 'Ndrangheta calabresa, la Camorra napolitana y la Mafia siciliana ingresan anualmente entre 120.000 y 180.000 millones de euros. No son cálculos de Forgione, sino de institutos de investigación italianos, y del organismo de la patronal italiana Sos-Impresa, dedicado a la lucha contra la delincuencia organizada. No hay muchos negocios en el mundo que generan tal cantidad de cash. Con esas ganancias, y aunque casi la mitad se reinvierta en el negocio delictivo y se dedique a pagar sueldos y a cubrir gastos variados, a las mafias les quedan otra mitad para invertir en negocios respetables.
Por eso, cuenta Forgione, nos encontramos a mafiosos calabreses controlando el negocio de la recogida de basuras en Bucarest y criando manadas de búfalas en las campiñas rumanas, con destino a la afamada mozzarella. Por eso, decenas de capos de la Camorra y de Cosa Nostra han vivido semiocultos en la Costa del Sol española, en Palma de Mallorca, Barcelona y Madrid, manejando negocios inmobiliarios o turísticos. El dinero mafioso ha penetrado tan profundamente en la economía legal que resulta casi imposible establecer una frontera clara entre los negocios limpios y los sucios.
Ante esta situación, Forgione se pregunta si no estará contaminada toda la economía global por esta masa de capitales mafiosos. Si no habrán entrado también en los procesos de privatización de sectores estratégicos que se han hecho en la última década. Y cúal será su relación con la política, la banca y el mundo financiero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de octubre de 2010