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DEUDA

Cuidado con los mercados emergentes

Los inversores que buscan desesperadamente beneficios y protección ante un dólar hundido acuden en tropel a los bonos expresados en monedas de los mercados emergentes. En medio del frenesí, algunos parecen pasar por alto un aspecto importante. Si las cosas salen mal, los sheriffs locales que actúan según distintas normas harán cumplir la ley.

Puede que el dinero fácil no les dé a los inversores demasiadas opciones. El planeta se ha visto inundado de liquidez gracias a los tipos de interés del mundo desarrollado. Y la Reserva Federal está a punto de impulsar los precios de los activos con más relajación cuantitativa. En el mundo desarrollado, los rendimientos son ya increíblemente bajos, pero también lo son los de la deuda expresada en dólares de los mercados emergentes, los más accesibles a los inversores internacionales.

Eso ha hecho que muchos miren con avidez la deuda expresada en monedas locales. No es de extrañar. Estos bonos, que representan el grueso de los bonos de los mercados emergentes, pueden ofrecer rendimientos que superan el 10%, a la vez que proporcionan protección frente a la mala fortuna del dólar.

En lo que llevamos de año, los inversores han puesto 22.600 millones de dólares en fondos expresados en monedas locales, más del cuádruple de lo invertido en 2007, el último año del boom. Y hay mucho en el lugar de donde proviene todo eso. Los mayores inversores del mundo tienen unos 71 billones de dólares sujetos a gestión. De modo que si cambiasen su distribución solo un poquito, esto podría fácilmente reducir la rentabilidad.

De momento, puede que sigan pareciendo tentadores comparados con todo lo demás que hay disponible. Es posible que resulten más difíciles de comprar dependiendo de las normas de cada país sobre propiedad extranjera. Además, la mayoría están gobernados por las leyes locales en vez de por jurisdicciones de centros financieros más consolidados como Nueva York y Londres.

Las economías emergentes pueden presumir de ahorros y crecimiento. Pero el pleno cumplimiento del sistema de derecho es algo muy distinto. La corrupción sigue estando muy extendida en países que encandilan a los inversores como Brasil, India e Indonesia, según un sondeo publicado esta semana. Eso significa que los desacuerdos o las suspensiones de pagos quizás no se gestionen con la misma corrección a la que suelen estar acostumbrados los inversores occidentales.

Posiblemente tengan la impresión de que están recibiendo una buena compensación a cambio del riesgo. Pero si a las orillas extranjeras sigue llegando una avalancha de dinero fácil, las olas pueden acabar arrastrando la prima de riesgo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 31 de octubre de 2010