El día en el que Jesús Navas pasaba por el quirófano para solucionar sus problemas en el tobillo, el Sevilla disfrutó con la participación de dos jugadores de la cantera, Capel y Alfaro, para pegarse un festín europeo ante el Karpaty (4-0), un equipo menor en todos los sentidos que fue superado de principio a fin por el fútbol rápido y vertical del cuadro sevillano. El Sevilla perderá a Navas probablemente hasta el año que viene, pero se dio un baño de autoestima cuando más lo necesitaba, justo después de ser vapuleado en el Camp Nou.
Alfaro, de cabeza, y Cigarini, de gran lanzamiento de falta, encauzaron un partido que vivió momentos de mucha brillantez por parte del Sevilla en cada desborde Capel, en cada escapada de José Carlos o en las paredes de Cigarini. Tanto se recreó en su juego el Sevilla que algún exceso de frivolidad le impidió redondear una goleada de auténtico escándalo. De nuevo Alfaro, al filo del descanso, y Negredo, tras la reanudación, cerraron el marcador.
El Villarreal, por su parte, cayó derrotado ante el PAOK (1-0). Se dejaron llevar los de Garrido, fiados a su superioridad técnica, y el PAOK, sin hacer nada especial y en una jugada a balón parado, se llevó la victoria, que complica la clasificación al equipo castellonense. Gobernó sin sustancia el Villarreal, poco productivo en ataque, lo que anunciaba una tregua que parecía no disgustar a nadie. Pero acertó sin embargo en una acción marginal Vieirinha para el PAOK y el Villarreal se quedó sin poder de reacción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de noviembre de 2010