Mi pareja decidió hace más de año y medio montar su propio negocio. Fue una decisión valiente y arriesgada en los tiempos que corren, y hubo que emplear no poco esfuerzo.
Lo cierto es que las ayudas que la Comunidad de Madrid ofrecía y ofrece a los emprendedores, y en especial a mujeres y jóvenes, la animó aún más. Lo primero que hizo fue aprovechar para realizar un curso gratuito de emprendedores, impartido por una empresa privada, crear su propio Plan de Empresa y presentar toda la documentación para solicitar las tan necesarias ayudas. Pues bien, 18 meses después de abrir el negocio aún no ha recibido un euro. Hace unos días le han enviado una carta solicitando que presente en un plazo máximo de 10 días una serie de documentación. Más de 10 documentos, muchos de ellos ya entregados con la solicitud, que vuelven a pedirle. Por si fuera poco, en caso de que le concedan finalmente la ayuda no podrá hacer uso de ella hasta pasado un año más. Viendo los anuncios en televisión, transportes públicos, etcétera respecto a estas ayudas y la imagen que pretenden dar, me pregunto, ¿realmente ayudan a los emprendedores? ¿Cuántas empresas habrán desaparecido sin ayuda alguna tras casi tres años de espera?
Las ayudas se necesitan para iniciar un negocio, en ningún caso deben ser un premio a la perseverancia. ¿Es este el tipo de apoyo prestado a los que en el futuro generarán empleo?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de noviembre de 2010