Es el eterno proyecto. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, lleva anunciándolo desde que presidía la Comunidad en 1997 y ahora, asegura, está en su recta final. La creación de un complejo para el software libre, la creación y la investigación tecno-informática en lo que fue la fábrica de Boetticher en Villaverde debería haberse terminado en 2008, aunque es todavía una nave industrial en construcción. No fue impedimento para que Gallardón volviese a acudir ayer, junto a los representantes de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, para presentarlo una vez más. Ya lo hizo en 2006, 2007, 2008 y en 2009 varias veces.
El nuevo escaparate de las nuevas tecnologías estará listo el próximo mes de enero, según un portavoz municipal; o a mediados de año, según el secretario de Estado, Bernardo Lorenzo. Pero lo importante, o lo prometido tantas veces, es que el centro, que costará 34 millones de euros que el Estado presta sin intereses al Ayuntamiento, convertirá a Villaverde en la catedral de la tecnología punta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de noviembre de 2010