Cada inmigrante que acude a este servicio tiene una historia, generalmente complicada, que contar. Juan (nombre supuesto), mexicano de 33 años, ha venido para que le aconsejen por la situación de su prima, a la que dieron una orden de expulsión cuando se iba de España en 2006 y que ahora quiere regularizarse, pero no la dejan por tener esa orden. El abogado le ha dicho los trámites que tiene que realizar y ahora le queda esperar y confiar en la suerte.
La gran mayoría de los que utilizan el Servicio de Orientación Jurídica son extranjeros, aunque una mínima parte son españoles, que generalmente acuden para tratar problemas de inmigrantes que trabajan para ellos. Por nacionalidades los que más usan el servicio son los bolivianos, seguidos por los ecuatorianos y los paraguayos. Más de las tres cuartas partes proceden de América; los africanos suponen un 10%, y entre los europeos son los búlgaros los que más acuden. Un 65% de los usuarios son mujeres. El tiempo medio de consulta es de 20 minutos, aunque depende también de cada persona concreta.
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En los casos de racismo o xenofobia que pueden acabar en juicio, o en otros que requieren procedimientos judiciales, se otorga asistencia jurídica gratuita a las personas que cumplan las condiciones, y se les proporciona un abogado de oficio. "Independientemente de que estén o no en situación irregular, como marca la Ley de Extranjería", subraya Mariano Calleja, coordinador del SOJEM con el Colegio de Abogados.
El idioma tampoco es un problema a la hora de las consultas. En las oficinas cuentan con un servicio de atención telefónica que permite traducir 30 idiomas distintos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de noviembre de 2010