Qué luz necesita el Gobierno para ver la oscuridad a la que nos ha llevado la contrarreforma laboral impuesta unilateralmente. Nadie ve la mejora del mercado de trabajo, excepto el ministro del ramo, que la ve a media luz. Vamos de capa caída, bajan los contratos indefinidos y suben los contratos temporales que agudizan la precariedad laboral. El horizonte laboral se ve negro si no se acometen con urgencia políticas activas para crear empleo de calidad y con derechos.
Los colectivos que más están sufriendo esta desregulación laboral son: mujeres, jóvenes de 16 a 35 años y extranjeros. Los datos de la EPA dejan bien claro que las cosas no marchan como deberían. Se acentúa el trabajo sumergido. Consecuencia de ello: fraude fiscal y a la Seguridad Social, sin olvidarnos de la exclusión social y el paro de larga duración. Como vemos, y estoy seguro de que el Gobierno también lo ve, la reforma laboral y los recortes sociales que se han impuesto sin diálogo social no funcionan.
También es evidente que los recortes salariales y sociales no dinamizan el consumo interno, porque otra de las consecuencias de los recortes es la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.
Rectificar es de sabios. Por lo menos sean inteligentes, cambien sus políticas restrictivas y abran la puerta del diálogo social, es necesario para mejorar las condiciones socio-laborales de la población activa. Es evidente que con diálogo todo funciona mejor, a las pruebas me remito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de noviembre de 2010