Todos coincidimos en la importancia de las pymes y los autónomos como fuentes de generación económica para la sociedad en general. Los políticos así lo entienden y por ello en los últimos tiempos han aprobado leyes como la del derecho a cobrar el paro. Ya era hora de que esta protección social llegara a este importante segmento de la población. También se han establecido leyes para que las pymes cobren de las administraciones públicas y grandes empresas en unos plazos prudenciales.
Pero de nada sirve legislar si en la práctica estas administraciones o estas grandes empresas siguen haciendo trampas, como esconder las facturas en el cajón, no contabilizarlas y de esta forma detienen dichos plazos. Esta práctica debería legislarse a su vez como estafa para llevar a la cárcel a los que la practican.
Otro gran abuso denunciable son las cuotas que deben pagar a las Cámaras de Comercio. Pagan por no recibir nada a cambio. Y, encima, en este año de crisis a muchos se las han subido más de un 60% con el viejo truco de duplicar la base, aunque el pequeño comercio siga vendiendo lo mismo o menos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de noviembre de 2010