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Crítica:

Mal cruce de refritos

Reputado director de fotografía gracias a trabajos como Los sin nombre, Intacto, El maquinista o Ágora, Xavi Giménez ha dado el salto a la realización con un drama social de corte distópico que desmiente, de momento, que en su persona haya un autor total. Cruzando el límite, refrito de referencias mal digeridas, tiene una equivocada dirección de intérpretes, una estética a un paso de la horterada y un montaje (cinematográfico y musical) tan influido por el Darren Aronofsky de Réquiem por un sueño que, al no lograr ni de lejos su inimitable cadencia, queda en mal sucedáneo. En la película, escrita por Pere Saballs, hay ecos del método ludovico de La naranja mecánica y de decenas de distopías con ecos orwellianos, pero nada encaja, comenzando por un cartel varios escalones por debajo del gusto estético.

CRUZANDO EL LÍMITE

Dirección: Xavi Giménez.

Intérpretes: Marcel Borràs, Adolfo Fernández, Fernando Guillén Cuervo, Irene Escolar.

Género: drama. España, 2010.

Duración: 100 minutos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de noviembre de 2010