Unas 500 personas se manifestaron ayer por la tarde en el distrito de Arganzuela, en Madrid, con motivo del tercer aniversario del asesinato de Carlos Palomino, de 16 años, que murió en la estación de Metro de Legazpi, tras recibir una puñalada en el corazón por parte del ex militar y ultraderechista Josué Estébanez, de 25 años. En la concentración, que discurrió sin incidentes, estuvo la madre del fallecido, María Victoria Muñoz, que leyó un comunicado en el que condenaba la violencia neonazi y fascista "que se ha cobrado decenas de víctimas en los últimos años".
En la concentración estuvieron jóvenes antifascistas y antisistema que corearon gritos contra el nazismo. También había pancartas de recuerdo al joven fallecido, en las que se podía ver su cara impresa. Los concentrados cortaron el tramo de calle que transcurre entre la plaza de Legazpi y la plaza de la Beata María Ana de Jesús.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de noviembre de 2010