"Ayudó a salvar vidas estadounidenses". Esa es la respuesta de George W. Bush cuando habla en su flamante nuevo libro de su centro de torturas de Guantánamo. Me recuerda de forma escalofriante al código rojo de Jack Nicholson en la película Algunos hombres buenos; con la diferencia de que en la vida real el malo se ha ido de rositas y puede presumir de ello.
Hablando de hombres buenos; lo incomprensible de la derrota electoral de Barack Obama se explica en el profundo egoísmo del ser humano que va cerrando su mente y su idea de la solidaridad, hasta preocuparse solamente por el bienestar propio y de su familia.
Porque hay personas como Sarah Palin que apelan a la avaricia personal de cada uno de sus votantes y la encuentran; haciéndoles creer que defendiendo exclusivamente su pequeña parcela de mundo, conseguirán un mañana mejor para ellos y sus familias. Con esa mentalidad todo vale... hasta la tortura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de noviembre de 2010