Pep Guardiola rompió su maleficio contra el Villarreal, el único equipo al que no había ganado en el Camp Nou. No pudo con el conjunto que entrenaba Manuel Pellegrini en el curso 2008-2009, precisamente el día que la afición azulgrana llegó al campo para cantar el alirón y el partido terminó con empate (3-3), y tampoco en la pasada campaña, en el primer encuentro de 2010, la noche que su amigo Ernesto Valverde le ganó la mano y un punto (1-1). De hecho, el Barça no ganaba al cuadro amarillo desde el 25 de noviembre de 2006, cuando le goleó (4-0). Anoche, el Villarreal le volvió a planter cara, pero acabó perdiendo.
"Doy un valor inmenso a la victoria", afirmó Guardiola, que se las tuvo con Juan Carlos Garrido, el entrenador rival. El duelo se tensó en el minuto 27, que marcó un antes y un después en el juego. Ganaba el Barça por un gol de Villa y mareaba al Villarreal. En esas, Xavi asistió a Messi y marcó Pedro, pero el colegiado, a instancias de su asistente, ya había anulado la jugada. Era tan evidente el error que se indignó la afición y lo hizo Guardiola. El técnico se quejaba al cuarto árbitro cuando marcó Nilmar.
Algo dijo Garrido y Guardiola se fue a por él: "¿Me lo has dicho a mí?", le preguntó, airado, varias veces. La bronca iba a más en la banda y reclamó la intervención del delegado del Barcelona, que medió para calmar a Guardiola. "Protestas, han sido protestas... Él se quejaba y yo también tenía mis razones. Nada importante", precisó después Garrido. "Nada... Cosas que pasan. Está olvidado", terció Guardiola, que ya había vencido a Garrido en El Madrigal.
El partido ya no volvió a ser el mismo, por lo menos de banquillo a banquillo, porque se cortaba la tensión. "A veces, una jugada cambia un encuentro", valoró Andoni Zubizarreta, director deportivo azulgrana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de noviembre de 2010