La fórmula del Sáhara es muy sencilla: 35 años de ocupación por parte de Marruecos por cuatro semanas de protesta pacífica por parte de los saharauis pidiendo mejores condiciones de vida, dan como resultado un campamento devastado y un número de víctimas por determinar.
Mientras tanto, España mira hacia otro lado, alegando que se trata de un asunto internacional, al tiempo que hace encaje de bolillos para no molestar a nuestro vecino del sur.
Por su parte, la UE y la comunidad internacional no reaccionan. Desde 1975, las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas suman ya aproximadamente medio centenar, que están siendo aprovechadas por el Gobierno de Marruecos para decorar con poemas letristas el palacio del monarca alauí.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de noviembre de 2010