- Entre Dios y el césar. El obispo de Tortosa, Xavier Salinas, interpreta a su bola el mandato bíblico de respetar a Dios y al césar. Le ha tocado la china de presidir una mesa electoral, pero alegará motivos laborales para escaquearse. Dice que tiene que visitar parroquias. Como aquel que dice, irse al campo.
- Perdidos. La comitiva de ERC se perdió este fin de semana cuando buscaba la Farga de L'Hospitalet del Llobregat. No es la primera vez: el aún multiconsejero Josep Huguet ya se extravió cuando acudía a un congreso de Esquerra Unida: en el mismo sitio. Y es que el área metropolitana es para los republicanos territorio comanche: mejor no adentrarse.
- En el mismo hotel. José Montilla y Alicia de España compartieron ayer hotel: el Palace de Barcelona. Ni se vieron. No contentos, volvieron a coincidir luego en la misma comarca (Vallès Occidental). Él estaba en Cerdanyola y ella en Sant Cugat, pegaditos, pegaditos, pero no revueltos.
- Ni-ni. Albert Rivera (Ciutadans) es el único cabeza de lista (entre los partidos parlamentarios) que reconoce haber comprado alguna vez en el top manta. Y ya de paso cuestiona que descargar películas sin pagar sea delito. Los demás se apuntan a la generación ni-ni: ni han comprado el top manta ni han descargado películas de la Red. Quizá la pregunta debiera haber sido más genérica: ¿Hacen alguna vez la compra? Igual son como Artur Mas, que pone el lavavajillas en chaqueta. Como todo el mundo en la cocina.
- Por pedir que no quede. El PP está cansado de ser "la otra" de CiU. En 1999, recordó ayer una maravillada Alicia, el partido no pidió "ni alfombras rojas ni coches oficiales ni gobierno". Pues se acabó: esta vez, para apoyar a Mas, el PP quiere un anillo con una fecha por dentro. Y coche, alfombra y cargos, que también ayudan.
- Mas y san Anselmo. San Anselmo es autor de un argumento que trata de demostrar la existencia de Dios y que empieza llamando "tonto" a quien lo rechace. Ayer, Mas se sumó al anselmismo y llamó "tonto" a Rodríguez Zapatero por no haber ido a la misa de B-16. "Al Papa hay que escucharle", dijo. Mas cree que hay que tomarse en serio a alguien que calza zapatos de Prada en nombre de los pobres. Añadió que escuchar al Papa es gratis: sin contar los 6.000 millones del concordato.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de noviembre de 2010