Las respuestas de Mr. Brisby, presidente de Altadis, filial de Imperial Tobacco en España, a la entrevista en EL PAÍS del día 15, son una falta de respeto hacia los lectores. Con qué arrogancia esgrime el argumento de que nuestra futura ley del tabaco es "la más radical del mundo". ¿Habrá hecho algún estudio de Derecho comparado de las diferentes leyes antitabaco vigentes en el mundo? No lo creo. Sus argumentos huelen más bien a defensa de intereses económicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de noviembre de 2010