"La creatividad nos salvó la vida a finales de los ochenta y, desde entonces, sigue siendo la base de nuestra empresa". José Antonio Gandia, presidente de las bodegas Gandia Blasco, defendió ayer en Valencia la necesidad de diseñar productos singulares para captar la atención de un cliente bombardeado por una creciente oferta. "La creatividad tiene que estar en la cúpula de gestión de cualquier empresa, al lado del presidente o del director general, debe ser asumida por todo el equipo de la compañía porque es la herramienta que garantiza el futuro".
En una mesa redonda con ocasión del tercer congreso de la Asociación Empresarial de Consultoría del Terciario Avanzado (AECTA), la patronal de empresas de consultoría y servicios a empresas, cuatro empresarios coincidieron en la necesidad de apostar por la innovación en sus más diversos ámbitos para anticiparse a las necesidades de sus clientes.
Juan Manuel Baixauli, presidente del Club para Innovación de la Comunidad Valenciana, fue responsable de Viajes de Geisha, una agencia que acumuló crecimientos anuales por encima del 20% durante 14 años hasta alcanzar una facturación de 40 millones de euros. Baixauli abogó por orientar toda la estrategia empresarial a satisfacer las tres necesidades de sus clientes: "Ahorrar tiempo, dinero y tener seguridad. Anticiparse a las voluntades del cliente antes de que se pronuncie y resolverlas".
Antonio Navarro, adjunto a la dirección de Siliken, un grupo de empresas que ha pasado de ser referencia en la fabricación de componentes para el sector fotovoltaico a convertirse en gigante internacional de la instalación completa de parques fotovoltaicos en todo el mundo, hizo un recuento de la reinvención de la empresa. Siliken creció como la espuma en el mercado nacional hasta que la crisis le obligó a diversificar sus mercados y dar el salto internacional. Navarro destacó las estrategias de optimización de producción como clave para diferenciar la marca, mejorar la calidad y lograr una sólida presencia internacional.
Marina Dolgopol, gerente ejecutiva de Loewe, finalmente, distinguió las características de una firma, que engloba "emociones, tradición, historia, valores compartidos, una visión de hacia dónde se va", con las de una marca, "relacionada con el marketing, productos, distribución o innovación". Dolgopol concluyó que las firmas resisten mucho mejor en el tiempo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de noviembre de 2010