Un pleno para el pesimismo sin apenas debate. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero afrontó ayer una cómoda sesión pese a que el asunto a tratar, la crisis y el desempleo, era de los que dejan al Gobierno sin oxígeno. El PP pasó del debate. El discurso del presidente, que llegó a piropearse con el PNV, fue más realista que otras veces al admitir que ya no ve brotes verdes ni signos de recuperación y advertir del peligro de recaída: "La mejora es tan débil que no asegura un cambio irreversible de la tendencia". Zapatero prometió 15 grandes reformas antes del fin de la legislatura. Mientras, la OCDE dibujaba en París un escenario similar: no prevé que se cree empleo en España hasta 2012.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de noviembre de 2010