Los padres de Antonio Meño, a quienes una negligencia hospitalaria les ha arrancado un hijo, han demostrado, con sus 520 días y noches acampados ante el Ministerio de Justicia, que no están dispuestos a aceptar una impunidad a todas luces vergonzante. Los ciudadanos y ciudadanas de Móstoles nos honramos con su abnegado ejemplo de amor y dignidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de noviembre de 2010