El plan de austeridad marcado por Manuel Llorente y su Consejo de Administración para el Valencia en la Junta de Accionistas reveló ayer que la situación del club ché es "delicadísima". "El año pasado estuvimos a punto de desaparecer. Si tenemos que ir al concurso de acreedores, se hará si pestañear", alarmó Javier Gómez, el director financiero de la entidad que desveló que la suma de su sueldo y el de Llorente asciende a 685.000 euros. Nóminas nada despreciables en época de crisis y en una entidad al borde de la quiebra.
Las minutas del presidente y de su mano derecha salieron a relucir en el turno de preguntas una vez concluida la alocución de Llorente -Paco Roig, ex presidente del Valencia y hermano de Fernando, presidente del Villarreal, se pasó parte del partido insultando al mandatario del Valencia, gerente durante su etapa en Mestalla- que expuso la memoria económica del pasado curso y las decisiones tomadas para evitar la ruina financiera del club. "Hemos logrado equilibrar los gastos y los ingresos. La campaña 2009-10 se cerró con un superávit de 18 millones de euros antes de impuestos y el actual ejercicio 2010-11 se cerrará con equilibrio en las cuentas si logramos el pase a octavos de la Champions. Gracias a las ventas, la ampliación de capital y el equilibrio presupuestario, la deuda hoy en día es de 430 millones de euros", se vanaglorió Llorente de su gestión. Las cuentas fueron aprobadas por una amplia mayoría.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de noviembre de 2010