"Ganan las empresas amigas y pierde el país". Con esta frase resumió ayer el portavoz del BNG, Guillerme Vázquez, el resultado del mayor concurso eólico de la Xunta, que ha adjudicado a Gas Natural Fenosa 339 megavatios. Vázquez tachó de "fraudulento" un proceso que, a su modo de ver, constituye una "oportunidad perdida" para Galicia. "Estamos ante una actuación arbitraria, sectaria y partidaria", apostilló.
Para Vázquez, las cosas vuelven a lo de siempre: "Una empresa [Fenosa] vuelve a dirigir la política energética gallega como en la época de Fraga". Vázquez negó que el 80% de las adjudicatarias sean firmas de capital gallego, como afirma la Xunta. A renglón seguido, recordó que el Ejecutivo que preside Alberto Núñez Feijóo no tenía "ninguna resolución judicial" que avalase su decisión de anular el anterior concurso, que era "mejor", y advirtió de que su paralización tuvo la "objetivable" consecuencia de "perder al menos 2.000 empleos en el sector eólico".
Vázquez recordó que el atraso tiene como consecuencia la menor posibilidad de acceso a las primas de la energía eólica que está concediendo el Gobierno central, lo que deja "en el aire" la viabilidad e los proyectos. "Para el BNG este concurso abre la puerta a la especulación", concluyó.
El diputado del PP Pedro Arias rechazó las críticas de Vázquez porque "no tienen fundamento" y contraatacó con críticas a la política eólica del BNG durante el bipartito. Según Arias, los nacionalistas "sometieron a Galicia a un apagón energético" mientras que el PP "ha cumplido en año y medio".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de noviembre de 2010