Ocho días después de hacer público su compromiso, Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton han anunciado el día y el lugar en el que han decidido casarse. Ellos querían primavera y pensaron en el mes de marzo. Los servicios de protocolo les advirtieron del posible mal tiempo en esas fechas en Londres, así que al final se han decidido por el viernes 29 de abril. El lugar nunca ofreció dudas: la abadía de Westminster, el escenario que tradicionalmente elige la familia real británica para las grandes ocasiones. Aunque hubo excepciones. Carlos de Inglaterra y Diana escogieron la catedral de Saint Paul.
En el momento en que Clarence House, la residencia oficial del príncipe de Gales, hacía oficial los datos de la boda, la reina se encontraba precisamente en la abadía, en un solemne acto: la novena inauguración del Sínodo General. Tanto la reina madre como la reina Isabel se casaron en Westminster. Allí también se celebró el funeral de la princesa Diana.
Destituido el obispo que criticó a la pareja y llamó "mujeriegos" a los windsor
Según ha explicado a la BBC Jamie Lowther-Pikington, secretario del príncipe, los novios se están encargando de todos los preparativos.
Los gastos de la boda serán pagados por la familia real británica y por los padres de la novia, propietarios de una empresa que organiza fiestas infantiles. Correrán a cargo del Gobierno los gastos extras derivados de las medidas adicionales de seguridad que deberán adoptarse en Londres con motivo del enlace, así como en el transporte.
La boda ha levantado gran expectación en Reino Unido y también algunas críticas. Ayer, el obispo de la Iglesia anglicana Peter Broadbent fue destituido por sus "comentarios profundamente ofensivos" sobre el matrimonio de Guillermo y Kate, al que auguró "no más de siete años" de duración. El obispo de Londres, Richard Chartres, aseguró estar "horrorizado" por las afirmaciones de Broadbent en su Facebook, donde aseguraba que los miembros de la monarquía británica eran unos "mujeriegos". "Los Windsor y sus antecesores no tienen un buen historial en cuanto a la duración de sus matrimonios", escribió. "No los conozco, y no me corresponde celebrarlo. Solo desearía que no tuviéramos que pagarla". Broadbent pidió disculpas, pero no le ha servido de nada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de noviembre de 2010