Caen los servicios de Rafael Nadal el lunes ante Andy Roddick (gana el español por 3-6, 7-6 y 6-4) y sus temibles efectos sobre el estadounidense, que, al final, superada la sorpresa de ver a su rival prescindir del saque plano que le dio el título en el Abierto de Estados Unidos, lo entiende todo: "En el primer set, Nadal metía menos del 50% de los primeros. Luego, subió ese porcentaje y logró muchos más restos míos a mitad de pista para empezar el punto. Jugar contra eso es una tortura". Es un método cargado de táctica. "Aquí las condiciones son más pesadas que en Nueva York y no tengo claro que sea bueno sacar plano y fuerte como allí porque la bola no resbala", explicó Nadal; "así, los otros restan donde quieren: chocan con la pelota a media altura. Hay que buscar otro tipo de saque: más porcentaje, colocar más, bajar la velocidad y nuevos efectos".
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Toni Nadal, tío y entrenador del número uno, ha corregido la mecánica pese a que Nadal se coronó en Nueva York como el campeón que menos veces cedió su saque (cinco). Es además el que más puntos consigue con el segundo servicio (59%) y el segundo que más juegos gana (90%). ¿Por qué corregir nada?
"A veces", dice Toni, "Rafael cae demasiado pronto, bloquea el hombro y la mano. Debe soltar más la muñeca. Queremos que la bola esté más viva al tocar el suelo porque aquí no corre tanto. Soderling, Djokovic y Berdych tienen más golpes que nosotros en esta superficie. Así que algo hay que hacer". La transición no es fácil: con su escaso 57% de primeros ante Roddick, 46% en el primer set, Nadal estuvo en el alambre. "Aun así", dijo Roddick, "ha mejorado mucho el saque. Si le comparas con el de 2005 o 2006, es como el día y la noche. Ahora ataca con consistencia. Puede dar un paso adelante, golpear la pelota, controlar y dictar el juego".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de noviembre de 2010