Las aulas de los núcleos urbanos son tradicionalmente más conflictivas que las rurales. Esta tendencia se rompe en la provincia de Ourense, donde el porcentaje de expedientes disciplinarios fue casi el doble que en la media de toda Galicia durante el curso pasado, según los datos de la Consellería de Educación.
La proporción de expedientes por alumnos es, en cualquier caso, mínima. En Ourense, con las cifras más altas, no llegan al 0,5% los estudiantes expedientados. "La situación en Galicia es mucho mejor que en el resto de España. En Madrid o Canarias es una aventura ir a clase cada día", explicó ayer Julio Díaz, presidente del sindicato independiente ANPE en la comunidad.
La educación secundaria es donde se abren la mayor parte de los expedientes, un 84% del total. Aquí la proporción de infracciones es algo más significativa, un 0,7% en toda Galicia, un 1,2% en Ourense. En Primaria, por el contrario, apenas hay conflictividad. Casi todos los expedientes en este ciclo se abrieron en A Coruña: 34 de los 38 de la comunidad autónoma. En total, se abrieron en Galicia 733 expedientes disciplinarios durante el curso 2009-10, unos 250 menos que el anterior, según el departamento que dirige Jesús Vázquez.
El sindicato ANPE también presentó ayer los datos del Defensor del Profesor, una figura creada por esta organización para canalizar las quejas de la comunidad educativa. Durante el curso pasado recibió 198 llamadas, 14 menos que el 2008-09. De esta cifra, un 55% procedían del cuerpo de secundaria (109), el 24% de primaria (48) y un 21% de Formación Profesional.
El sindicato educativo alerta de un repunte de la conflictividad con los padres como motivo para acudir al servicio. Los profesores denuncian incidencias por amenazas, presiones para cambiar las notas del alumno o casos de agresiones.
ANPE también da cuenta de que "un número elevado" de las quejas docentes se deben a problemas para dar clase, faltas de respeto y daños provocados por el alumnado a los bienes del profesorado o del centro. Además, "la mayoría" manifiesta "falta de apoyo" por parte de la dirección del centro y de la propia administración. Más de la mitad de los docentes gallegos que acuden al defensor del profesor afirman padecer de ansiedad y un 23% dice afrontar una depresión, mientras que otro 8% se encontraba de baja laboral.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de noviembre de 2010