La familia de la niña recién nacida, fallecida el domingo tras un gravísimo error médico, podrá enterrar a la pequeña. La juez autorizó ayer el entierro después de que los forenses del Imelga (Instituto de Medicina Legal de Galicia) le practicaran una segunda autopsia al bebé. El juzgado había ordenado paralizar la inhumación para practicar nuevas pruebas, a fin de aclarar las causas exactas de la muerte. Los tejidos fueron remitidos al Instituto Nacional de Toxicología para su análisis.
La investigación abierta por el Juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol sigue adelante. La dirección del hospital ya remitió a la juez el historial clínico de la pequeña y los nombres de todo el personal que la atendió desde su nacimiento hasta su muerte, que se produjo 23 horas después.
La niña nació sana tras un parto natural el sábado por la tarde. En un error inexplicable, los sanitarios le inyectaron un coagulante que debían administrar a su madre para atajar la hemorragia que le había provocado el parto. Poco después, el bebé falleció.
Era la primera hija de una pareja joven. La sección sindical de CC OO en el Arquitecto Marcide exigió ayer el "cese fulminante" del equipo directivo. En un escrito remitido ayer a la gerencia del Sergas consideran que las explicaciones ofrecidas por el hospital son "insuficientes, contradictorias y faltas de credibilidad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de noviembre de 2010