Ángel Lucas Estévez es un artista y por eso dice que tiene el ego a flor de piel. Le resulta muy duro abrir a diario la nave donde trabaja y darse de bruces con una gran obra de acero de una cigüeña que debería estar colocada en una rotonda, a la entrada de Torres de la Alameda. "Algo así te machaca", cuenta el escultor. El Ayuntamiento de este pueblo se la encargó hace dos años, pero una vez terminada le han dicho que no le pueden pagar los 37.000 euros acordados porque las arcas municipales están vacías.
"Hay muchas deudas, no llegamos a cubrir los gastos de personal", reconoce el primer teniente de alcalde, Valentín Márquez. "Nos acercamos a su taller varios concejales y yo para preocuparnos por este tema. Le dijimos que si podía colocarla en otro municipio nos ahorrábamos un problema. Esperábamos que la escultura fuese en unos desarrollos urbanísticos nuevos, pero no han salido. No podemos afrontar el pago", cuenta al otro lado del teléfono. Márquez asegura que su Ayuntamiento está sufriendo mucho la crisis, "como otras tantas Corporaciones de toda España".
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El escultor, tras haberse cumplido 55 días desde la emisión de la factura, ha planteado un recurso contencioso-administrativo para reclamar el pago de la obra, en la que ha invertido cuatro meses de trabajo y 6.000 euros en materiales. Estévez ha realizado esculturas para municipios como Cerceda, Hoyo de Manzanares o San Martín de Valdeiglesias. "Lo que me duele es que la gente no puede ver la escultura, pero el dinero también es importante, sobre todo en esta época de crisis. Solo hay que ir al banco a pedir la cantidad que me deben para ver lo importante que es".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de noviembre de 2010