Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Crítica:VINOS

Taninos frutales

El rigor vitivinícola, la tenacidad comercial y honradez empresarial de Juvé y Camps, cavista modélico que ha sabido lograr con sus espumosos naturales el difícil equilibrio entre cantidad y calidad, ha terminado dando sus frutos también en el complicado capítulo de los vinos tranquilos, tanto blancos como tintos. Porque si buenos son su Miranda d'Espiells y Casa Vella d'Espiells, el sobresaliente solo lo han alcanzado ahora, tras varios años de intenso trabajo enológico. El aprovechamiento vitícola, ajustando la producción de su excelente viñedo de Mediona, a 600 metros de altitud, al objetivo de conseguir calidad, y el asesoramiento técnico de un profesional de la talla de Fernando Zamora, creador de alguno de los mejores vinos de Priorat y Montsant, son los factores que han resultado determinantes para conseguir un vino de extraordinaria factura que, ahora sí, da la talla de los grandes. Iohannes 2006, basado fundamentalmente en cepas escogidas de cabernet sauvignon con la edad suficiente como para empezar a expresar el terruño, es un tinto de nariz compleja, algo cerrada al principio, plena de aromas a ciruela pasa y frutillos silvestres. La madera de roble nuevo, trabajada con prudencia, aporta un elegante entramado de especias, tostados y torrefactos. Todo enriquecido por un incipiente buqué de sutil complejidad. En boca resulta carnoso, tal vez algo opulento, pero equilibrado, muy expresivo, con sabrosos taninos frutales y un final persistente que se diluye con serena lentitud.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de noviembre de 2010