Leo atónito, en la contraportada del lunes 29 de noviembre, cómo Isabel Muñoz, presunta defensora del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Salamanca, ha conseguido impedir la construcción de un auditorio proyectado por Alvaro Siza Vieira. Si no es una confusión, y se trata realmente de un auditorio, sería el segundo edificio de Siza que se impide, pues ya se hizo con una biblioteca universitaria.
Creer que impedir determinados edificios modernos en la ciudad histórica es defenderla sería cosa de risa, si no fuera para llorar. Alvaro Siza Vieira es uno de los mejores arquitectos del mundo, si no es el mejor, y es muy moderado en sus acciones de este tipo y extremadamente atento y sensible con las inserciones en las ciudades históricas. Además, es portugués de Oporto, bien cerca de Salamanca. La ciudad se hubiera enriquecido con sus aportaciones, e impedirlas no es defender el patrimonio, sino atacarlo gravemente.
Si la señora Muñoz hubiera vivido en el siglo XVI, sin duda hubiera luchado contra la construcción de la catedral nueva, pues afectaba gravemente a la vieja, como puede verse. Además, estaba proyectada por una "estrella de la arquitectura". Para los defensores del patrimonio, lo mejor sería que no se hubiera construido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de diciembre de 2010