Ayer fue un día raro para el Mercado de la Ribera, en Bilbao. Un martes en mitad de puente, menos clientes de lo habitual, pocos puestos abiertos y no solo por la falta de público. Mañana se inaugura el ala del mercado remodelada y había vendedores que atendían, otros que empaquetaban y muchos con las persinas bajadas y las vitrinas vacías preparados ya para la mudanza.
En la charcutería y tocinería de Ascen no atendían. La comerciante y una de sus empleadas guardaba chorizos en una caja de cartón. No ponía pegas ni a los plazos marcados por el Ayuntamiento para el traslado, ni a la premura. "Mañana [por hoy] tenemos que llevarlo todo a partir de las tres de la tarde. Vale la pena, porque va a quedar muy bonito", aseguraba.
La primera fase de las obras de remodelación del Mercado de la Ribera empezó hace ya un año y medio, y una vez que los tenderos se trasladen a la zona ya habilitada comenzarán los trabajos en la zona en la que hasta ahora se encontraban sus puestos.
"No se pueden hacer las cosas corriendo. No hay baldas colocadas, ni barras para colgar el género", explicaba otro tendero. "Además, nos hacen venir un festivo para colocarlo todo de mala forma", concluyó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de diciembre de 2010