Victorija Filiponenko, una mujer lituana de 25 años, apenas se inmutó cuando la policía la detuvo al salir de su piso en el barrio del Carmel, en Barcelona. Sobre ella pesaba una orden de arresto por asesinar, presuntamente, a sus dos hijos mellizos recién nacidos. Los cuerpos de los bebés fueron hallados en mayo de 2009 en un contenedor de basuras en la localidad de Klaipeda, en Lituania. La mujer estranguló a uno de ellos y golpeó en la cabeza al otro.
Filiponenko huyó y se instaló en Cataluña, donde compartía piso con un hombre español que desconocía el pasado criminal de su compañera, según explicaron fuentes de la investigación. La mujer también tenía pendiente una citación de los juzgados de Rumania por robo.
La unidad de crimen organizado del Cuerpo Nacional de Policía sospechó que la fugitiva residía en Barcelona desde hacía meses. La Guardia Urbana ubicó de forma precisa a la mujer y hace unas semanas los agentes la detuvieron en el Carmel. En comisaría, se mostró "fría e impertérrita", y no quiso contestar a las preguntas de los agentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de diciembre de 2010