Dice estar en "un momento 'r". "De reciclar, releer, reflexionar, retornar, en definitiva, resistir". En ese estado de vitalidad se enmarcan los últimos trabajos de Vari Caramés: el rescate de una serie de imágenes veinteañeras y acuáticas, algunas inéditas, que expone en la galería Ana Vilaseco de A Coruña bajo el título de Nadar. Y el espléndido libro Miradoiro Galicia, en el que el veterano fotográfo ofrece un viaje íntimo, alejado de tópicos, por lugares, gentes, oficios, colores, detalles y formas de su tierra natal. En ambos casos son miradas "esperanzadoras" sobre "la magia de lo cotidiano" de este artista del desenfoque.
Vari Caramés (Ferrol, 1953) rebuscó en sus archivos para sacar a la superficie el "cuento submarino" que ofrece hasta el 8 de enero en la galería Ana Vilaseco. Son 26 instantáneas en negro y blanco, diez jamás reveladas hasta ahora, que fueron captadas por casualidad entre 1986 y 1990 con una pequeña cámara compacta subacuática en las piscinas de agua salada del complejo La Solana en A Coruña.
En 'Miradoiro Galicia' recoge 260 fotos "orgullosas" sobre el país
Una serie llena de sugerencias y sutilezas que ocurren sin darse uno cuenta dentro y fuera del agua. Caramés, que a menudo declara el elemento líquido su medio natural, logra fijar a través del objetivo la ingravidez y dar sensación de borbolla a la figura estática de un nadador. Cuerpos, movimientos y piruetas de personajes anónimos se suceden como un baile en esta exposición que surgió "del azar y de la intuición", afirma el autor. "Siempre me interesaron los cuerpos, las atmósferas".
Y si para Nadar Caramés recicló olvidados trabajos en negro y blanco, para su Miradoiro Galicia innovó todo en color un recorrido muy personal por las cuatro provincias. Un año entero le llevó al fotógrafo este encargo del Xacobeo del que, de momento, sólo se editaron 800 ejemplares, casi agotados en librerías. No se trataba, para el fotógrafo, de un trabajo crítico, de sacar a relucir barbaridades, el caos o los anacronismos de la Galicia contemporánea o tradicional.
La mirada de Vari Caramés a través de 260 fotografías pretende ante todo ser "optimista y orgullosa". Captó paisajes, gentes o detalles de lo cotidiano, desenfocados y sutiles o por el contrario desconcertantes por su hiperrealismo, en los que se mezclan "absurdo, barroco, mágico, romántico y lo singular". "Pero siempre con mucho orgullo", insiste. No trata de "fotografíar símbolos, sino evocar la emoción ante el descubrimiento de lo mágico en lo más próximo", explica en el prólogo Miguel Fernández-Cid. La Consellería de Cultura tiene pendiente la exposición sobre este trabajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de diciembre de 2010