El sábado pasado murió en Australia Jacques Lafleur, uno de los políticos clave de la Nueva Caledonia, un archipiélago de islas en el Pacífico con un estatus particular, perteneciente a la República Francesa aunque con una gran autonomía. Lafleur nació hace 78 años en Noumea, la capital de Nueva Caledonia, y era hijo del primer senador de este territorio en Francia.
Fue un personaje algo enigmático, amante del vino y del golf, que se enriqueció con el comercio del níquel y que tardó en incorporarse a la política. Cuando lo hizo, militó siempre contra la independencia de Francia. Para eso creó, en 1977, la Unión por la Caledonia (RPU en sus siglas en francés). Pero en 1988, tras un enfrentamiento entre tropas francesas y un grupo de independentistas armados del Frente de Liberación Nacional Canaco Socialista (FLNKS), en el que murieron más de 20 personas, Lafleur decidió negociar.
Firmó con su rival, Tjibaou, los acuerdos de Matignon, que llevaron la paz a Nueva Caledonia. En 1998, volvió a sellar con él otro acuerdo en el que se organizaba la descolonización del archipiélago, que en 2014 celebrará un referéndum sobre su independencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de diciembre de 2010