¿Verdad que los cuentos de la abuelita nunca son aburridos? ¿Verdad que por muchas veces que se escuchen siempre dejan una sensación entrañable? En eso, en la abuelita y sus cuentos se podía pensar mientras Kool & The Gang comparecían ante su añosa audiencia en el Auditori recordando que hay cosas que no cambian. Su música, sin ir más lejos.
Y eso que el concierto arrancó muy tibio y dubitativo, como si todos estuviesen tomando medidas a un recinto que obliga a bailar funk sentado. Con las voces en enésimo plano, el sonido deslavazado y sin pegada, todo el inicio menos Joanna pasó con más pena que gloria. No fue hasta el arranque del tramo setentero (Hollywood, Jungle boogie, etcétera) cuando las cosas se ajustaron a ley. La recta final fue de aúpa, con alguna de esas composiciones pensadas para ese interregno en el que ni baile ni seducción mandan en exclusiva. ¿Qué hacer, ir a la pista a contonearse o quedarse atado a la pareja para susurrar cosas bonitas? Antes de que la respuesta estuviese clara, el grupo enfocaba Reggae dance, Ladies night y Celebration. Las butacas quedaron abandonadas.
KOOL & THE GANG
Festival Mil·leni. Auditori. Barcelona, 12 de diciembre.
Y como están cerca los Reyes, dos peticiones, modestas, al grupo: los solos no son imprescindibles, mientras que sí son aconsejables sus antaño fastuosos trajes de lentejuelas y fantasía. El cuento estaría mucho mejor ambientado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de diciembre de 2010